EL ELOGIO A
LA VALENTÍA: El elegir es una de las labores más complejas y
obstinadas, cuando se habla de ser valiente, especialmente frente aquellas revoluciones que aquejan constantemente la vida del ser
humano, la conciencia, la razón, los sentimientos y las sensaciones que configuran
todo un conglomerado de circunstancias, envueltas en el cuerpo de un hombre y
una mujer, entregar lo que no se tiene, la magnánima exaltación del yo infinito
y lo que emerge del ser, cuando de cada palabra se brinda una oportunidad de
vida o por el contrario se invalida.
Ese viaje… en
ese inconmensurable mundo de letras, de palabras de aliento, en ese caminar
sosegado o abrumado por las circunstancias, encontramos la valentía y en medio
de la actividad académica catalogamos a los grandes de la historia Marco
Aurelio, Alejandro Magno, Napoleón, Catalina, María Cano, Jorge Eliecer Gaitán
entre otros, seres que en medio de tanta represión, limitación y negación, a
partir de sus ideales fueron iluminados por este magnánimo valor y mediante su
luz lograron dilatar y obnubilar a masas completas; que en distintos episodios
de la vida habían perdido parte de sus esperanzas, para transformarlas en
profundas revoluciones.
Los niños y
jóvenes que son capaces de decir lo que sienten y piensan mediante la
diplomacia,que con sus posturas, actitudes y gestos evocan lo maravilloso y
mágico de la vida “se convierte en los hijos de la valentía” no precisamente
por agredir desde su razón, sino por transformar desde las bases de la
conciencia. No es valiente quien logra sus hazañas a través de discursos
demagógicos, estratagemas y posturas utópicas o doxa, sino a partir de la
misericordia, la comprensión en la postura fáctica de lo que significa comprender al otro ser,
desde nuestra propia condición y para eso fuimos diseñados, desdelos albores de
la pacha mama, la madre natural, el conjunto de diversidad al obtener el
prodigio de pensar y sea cual sea esas maravillosas y sabias diferencias,
subyugamos lo que se pensó diferente, discriminamos desde la historia lo que no
era similar y los sumergimos en el profundo olvido.
Pero los
valientes mediante sus grandes gritos, edictos, muertes y legados nos enseñaron
que valió la pena luchar porque se logró con lágrimas y sufrimiento el
reconocimiento y el respeto de los hombres y mujeres más vulnerados. Aunque
para algunos sus voces fueron silenciadas entendimos que vale la pena
revolucionar la razón y el espíritu cuando de amor, valentia y respeto se
trata.
Valientes las madres en el momento de parir,
valientes aquellos que afrontaron la maternidad o paternidad solos, valientes
los que dan un beso para brindar felicidad y protección así la vida sea
caótica, valiente el que se levanta después de la humillación y el
fracaso; pero más valiente el que es
capaz de reconocer frente a su adversario sin el más mínimo ego y vanidad la
culpa, para sanar un dolor profundo, el que envuelva con su ardido buen
ejemplo. Pero no es el valiente de las
películas de Hollywood (Supermán, Batman, Robín entre otros), es el hombre real
de carne y hueso de fibras sensibles de alma y espíritu sin facultades
metafóricas e imaginadas sino aquel que
respira, siente y llora con un tiempo determinado de vida en el aquí y en el
ahora, pero que se convierte en un héroe porque arduamente lucha por la
humanidad, despierta la conciencia y corta el yugo de los prejuicios.Y tú… ¿qué tan valiente eres?
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