domingo, 5 de junio de 2016

“No podría mirar a mis hijos  a los ojos y decirles que ellos viven así, porque no me animé a ser valiente y luchar”    Anónimo...

EL ELOGIO A LA VALENTÍA: El elegir es una de las labores más complejas y obstinadas, cuando se habla de ser valiente, especialmente frente aquellas revoluciones  que aquejan constantemente la vida del ser humano, la conciencia, la razón, los sentimientos y las sensaciones que configuran todo un conglomerado de circunstancias, envueltas en el cuerpo de un hombre y una mujer, entregar lo que no se tiene, la magnánima exaltación del yo infinito y lo que emerge del ser, cuando de cada palabra se brinda una oportunidad de vida o por el contrario se invalida. 

Ese viaje… en ese inconmensurable mundo de letras, de palabras de aliento, en ese caminar sosegado o abrumado por las circunstancias, encontramos la valentía y en medio de la actividad académica catalogamos a los grandes de la historia Marco Aurelio, Alejandro Magno, Napoleón, Catalina, María Cano, Jorge Eliecer Gaitán entre otros, seres que en medio de tanta represión, limitación y negación, a partir de sus ideales fueron iluminados por este magnánimo valor y mediante su luz lograron dilatar y obnubilar a masas completas; que en distintos episodios de la vida habían perdido parte de sus esperanzas, para transformarlas en profundas revoluciones.
Los niños y jóvenes que son capaces de decir lo que sienten y piensan mediante la diplomacia,que con sus posturas, actitudes y gestos evocan lo maravilloso y mágico de la vida “se convierte en los hijos de la valentía” no precisamente por agredir desde su razón, sino por transformar desde las bases de la conciencia. No es valiente quien logra sus hazañas a través de discursos demagógicos, estratagemas y posturas utópicas o doxa, sino a partir de la misericordia, la comprensión en la postura fáctica  de lo que significa comprender al otro ser, desde nuestra propia condición y para eso fuimos diseñados, desdelos albores de la pacha mama, la madre natural, el conjunto de diversidad al obtener el prodigio de pensar y sea cual sea esas maravillosas y sabias diferencias, subyugamos lo que se pensó diferente, discriminamos desde la historia lo que no era similar y los sumergimos en el profundo olvido.
Pero los valientes mediante sus grandes gritos, edictos, muertes y legados nos enseñaron que valió la pena luchar porque se logró con lágrimas y sufrimiento el reconocimiento y el respeto de los hombres y mujeres más vulnerados. Aunque para algunos sus voces fueron silenciadas entendimos que vale la pena revolucionar la razón y el espíritu cuando de amor, valentia y respeto se trata.
Valientes las madres en el momento de parir, valientes aquellos que afrontaron la maternidad o paternidad solos, valientes los que dan un beso para brindar felicidad y protección así la vida sea caótica, valiente el que se levanta después de la humillación y el fracaso;  pero más valiente el que es capaz de reconocer frente a su adversario sin el más mínimo ego y vanidad la culpa, para sanar un dolor profundo, el que envuelva con su ardido buen ejemplo.  Pero no es el valiente de las películas de Hollywood (Supermán, Batman, Robín entre otros), es el hombre real de carne y hueso de fibras sensibles de alma y espíritu sin facultades metafóricas e imaginadas  sino aquel que respira, siente y llora con un tiempo determinado de vida en el aquí y en el ahora, pero que se convierte en un héroe porque arduamente lucha por la humanidad, despierta la conciencia y corta el yugo de los prejuicios.Y tú… ¿qué tan valiente eres?

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